Los Diablos Azules del Cardenal
Las amenazas contra La Familia aumentan. En los últimos tiempos el señor Cipriani sostiene que la Unión Civil, el Aborto Terapéutico, los Condones y ahora El Corredor Azul de la Reforma del Transporte la ponen en riesgo.
En recientes declaraciones – en su radio habitual – el Cardenal ha decidido emprender una cruzada contra la actual reforma del transporte. Refiriéndose a los buses azules, a las largas colas y la demora en el servicio que impedirían que uno llegue al hogar con la familia, afirmó “esto no era así ni es necesario que sea así”.
Sería bueno que el Cardenal, que no creo usara combis de manera cotidiana para ir a su homilía, se informe antes de opinar sobre temas que escapan a su oficio. Sería bueno que el señor se entere por ejemplo que sólo en un año en Lima se producen más de 50 mil accidentes de tránsito. Que fruto de esos accidentes sólo en un año 585 personas perdieron la vida. ¿Será que al señor no le interesan las miles de familias que ya no podrán nunca estar juntas por la alta accidentalidad del antiguo sistema?
Sería bueno que el Cardenal se enterara que en el sistema anterior, que parece recomendar, los trabajadores del transporte – choferes y cobradores – debían circular por la ciudad entre 14 y 18 horas al día para poder conseguir lo suficiente para vivir, ellos y sus familias, sin ningún tipo de estabilidad, ni seguro de salud, a merced de las mafias del transporte. ¿Por qué nunca se preocupó porque esos trabajadores, y sus familias, pudieran pasar más tiempo juntos? Sería bueno que el señor sepa que el sistema que obligaba a una persona a manejar más de 14 horas una combi en el caos del transporte limeño y en la lucha por el pasajero, ha generado miles de accidentes, destruyendo miles de familias y proyectos de vida.
Está claro que el señor no está hablándole a sus fieles, ni está preocupado por mejorar el servicio de transporte público (que evidentemente en el Corredor Azul requiere perfeccionarse y convertirse en un sistema integral que facilite la movilidad de los limeños) sino que el señor le habla a los electores y desde una tienda específica. Señor Cipriani, cuando decida inmiscuirse en la política electoral sería bueno que se quite la sotana y nos muestre su polo amarillo.