Este año cierra con movilizaciones y despertar de la juventud en el país, que a muchos nos llena de esperanza y nos carga de energía para empezar el 2015 buscando que los derechos no sean privilegios, sean realidades cotidianas. 

Cierra también con el triunfo de Máxima Acuña de Chaupe ante Yanacocha y con ella el triunfo de un movimiento por la dignidad y el derecho a decidir un modelo de desarrollo frente a la imposición del extractivismo radical. En el país y en el mundo aparecen brotes de renovación y de apuesta por modelos de sociedad diferente, por tener al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones y no el crecimiento por el crecimiento. 

Desde España llegan también estos deseos de cambio, de justicia, llega este despertar de ciudadanos cansados de ver cómo su Estado tiende a preocuparse más por el bienestar de empresas y bancos, antes que de niños o ancianos. Desde España me llega una reflexión de fin de año de mi padre, que como muchos peruanos migró años atrás por no encontrar en el país oportunidades de desarrollo. Comparto con ustedes sus reflexiones y deseos para el 2015:

¡Vamos por el 2015! 

Escribe: Luis Miguel Glave

Aprovecho para hacerles llegar un saludo por el año que viene, con mis mejores deseos. 2015 será además un año importante, como todos los años claro, pero un poquito más. Aquí en España, un grupo brillante de jóvenes han puesto patas arriba todo. Se encargarán de formar un liderazgo que haga que la supuesta generación perdida, a la vez que mejor formada de este país, se convierta en la esperanza de evitar que el capitalismo de casino, especulativo y depredador, sea el resultado de lo que se ganó al acabar con el franquismo. Será emocionante ver este nuevo escenario y hay que sumar fuerzas para ganar.

El siglo avanza hacia su primer cuarto y se veía venir desde el último cuarto del siglo anterior: del desconcierto saldrá algo nuevo, ya no serán certezas de acero pero los derroteros diversos pueden ir confluyendo en un rescate imprescindible del planeta, de la calidad democrática, de la igualdad, del "buen vivir".

En el Perú termina el año con la salida de los jóvenes a la calle. Es una esperanza. Duele ver la impresentable gavilla de personajes siniestros que lo gobiernan y quieren seguir gobernando. La riqueza que las sanguijuelas chupan del suelo destruyendo el mismo suelo y sus gentes. Duele el Perú perdiendo otro ciclo de crecimiento sin justicia social, sin inclusión. Duelen sus ciudades caóticas y desvencijadas, herencia del salvajismo económico que dejó una malhadada dictadura y que sus mediocres sucesores no han querido cambiar. Será dramático pero es el desafío: salir de esto. Espero que atiendan a lo que pase en Europa: en Grecia, en España y lo que siga. La historia es siempre apasionante y tendrá que decir muchas cosas para los peruanos de hoy y de mañana, podemos aprovechar la celebración del bicentenario para hablar y escucharnos. Así que será un buen año, así lo deseo.

¡Vamos a por el 2015!