Hoy tuve una sesión surrealista en la comisión de Justicia. Junto a Alberto de Belaunde y Tania E. Pariona fui testigo de la manera en que el pastor Julio Rosas (ojo, le digo pastor y no congresista porque como él mismo lo sostiene todo el tiempo, su razón de estar en el congreso es que la Palabra de Dios guíe las leyes, porque es La Verdad) junto con un grupo de congresistas fujimoristas simplemente bloquearon una votación en la comisión porque el dictamen lleva la palabra género.  

No estoy hablado de alguno de los proyectos de ley que hemos presentado los congresistas que peleamos por la igualdad plena. No era ni el dictamen de Aborto, ni el de Identidad de Género, ni el de Matrimonio Igualitario. No era tampoco uno sobre equidad salarial en base a igualdad de género....no. Era uno para la creación del Consejo de Coordinación de operadores de Justicia. Sí, un proyecto para institucionalizar el trabajo que hace el Presidente del Poder Judicial, el Fiscal de la Nación, el Presidente del Tribunal Constitucional (todos hombres...pero ese no es fin de este post) y que responda a criterios básicos de administración de justicia. Se incluye en uno de los artículos principios de acción y uno de ellos es "igualdad de género". En el desarrollo del texto queda claro que se refiere a la igualdad plena entre hombres y mujeres. Es decir no hay ningún "contrabando" como le gusta calificar al pastor a las leyes que incluyen a la comunidad de Gays, Lesbianas, Trans, Bisexuales. Pero igual que exista la idea de "igualdad de género" es peligroso y responde, dice el señor, a una ideología que cuestiona la división natural de los hombres y las mujeres.

Los menos "agresivos" en la comisión me decían que deje que borre la frase "igualdad de género" y que ponga iguales derechos de hombres y mujeres y ya. Un amigo me sugirió lo mismo por mensaje, diciéndome que era solo una palabra. Pero, no es solo una palabra. Las mujeres no llevamos años peleando por una palabra, sino por exigir que la igualdad es un tema no del sexo sino del género. No es un tema de si nací biológicamente mujer u hombre, es porque la sociedad ha construido una manera de ser mujer y de ser hombre, nos han enseñado (con estereotipos que vemos todos los días en este Congreso, sino vean ayer a Vitocho preguntando a una señora si "besa siempre a sus clientes") y nos ha sometido a vivir en constante desigualdad. Cundo logramos que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sea la igualdad de género tiene justamente que ver con la manera en que construimos esas identidades, que incluye roles, atributos, emociones, poder (o no poder) y por tanto estamos reclamando que la búsqueda de la igualdad sea sobre eso, sobre los mecanismos impuestos socialmente. No es sólo una palabra.

Es una lucha de muchos años. Y no se trata de que no seamos inteligentes y no podamos hacer una frase con otras palabras para decir lo mismo. Se trata de no renunciar a una lucha que viene de mujeres antes que nosotras llegáramos acá.


(Foto de portada: El Heraldo / Congreso de la República del Perú)


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